Maduro utiliza a secuestrados extranjeros como moneda de negociación para su salida de Venezuela

Washington, Estados Unidos - Nicolás Maduro enfrenta una crisis política tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que Edmundo González Urrutia y María Corina Machado se proclamaron ganadores.

Ante un clima de tensión creciente en Venezuela, el régimen de Maduro ha detenido a cerca de 20 ciudadanos extranjeros de distintas nacionalidades, utilizando estas capturas como estrategia de negociación para garantizar su huida hacia Cuba o Rusia.

El dictador venezolano intenta consumar su controvertida asunción el 10 de enero de 2025, mientras crecen las movilizaciones en defensa de los candidatos opositores.

En paralelo, el gendarme argentino Agustín Nahuel Gallo, detenido en condiciones irregulares, se ha convertido en el centro de un tenso conflicto diplomático liderado por el canciller argentino Gerardo Werthein, cuya gestión se encuentra estancada ante la falta de apoyo regional e internacional.

Según informes oficiales, las detenciones incluyen ciudadanos de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Perú y Uruguay. Cada caso está siendo utilizado por Maduro como una herramienta para fortalecer su posición en medio de una posible crisis institucional. Entre los detenidos figuran:

Agustín Nahuel Gallo (Argentina), acusado falsamente de espionaje.

Fabián Buglione (Uruguay), desaparecido y buscado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.

José María Basoa y Andrés Martínez (España), señalados como "turistas terroristas" por el régimen.

Renzo Yasir Huamanchumo Castillo (Perú), guardaespaldas en EE.UU., capturado junto a su pareja en un control fronterizo.

Otros ciudadanos, incluidos peruanos, estadounidenses y bolivianos, acusados de conspiración sin pruebas claras.

En un contexto internacional adverso, Maduro busca replicar tácticas previas, como el canje de su aliado Alex Saab por ciudadanos estadounidenses detenidos. Este esquema podría repetirse si la estabilidad de su gobierno continúa tambaleando.

El canciller argentino Werthein ha intensificado gestiones diplomáticas, pero se enfrenta a la indiferencia de actores clave como Brasil, Colombia y México. En contraste, Maduro aprovecha la fractura ideológica en América Latina y la transición política en Estados Unidos para reforzar su posición.

La detención de Gallo y otros ciudadanos internacionales evidencia no solo el carácter autoritario del régimen, sino también su intención de usar a los detenidos como palanca de negociación ante un panorama político cada vez más incierto.